Como siempre, un lugar al que volver. El personal, sobre todo en recepción es de primera clase. Quizás lo que me sorprendió este año fue el cobrar las chanclas de la piscina, cosa que antes no hacían y que ya encontrabas en la habitación. También el mini-bar, vacio...se supone que no se puede traer nada de fuera, entonces??. Creo que deberían subsanar esos pequeños defectos,y de paso, poner mamparas más grandes. La habitación de este año apenas tenía una pequeñita. Aparte de eso, por supuesto que volveré. Bellos recuerdos...