Solemos venir a este hotel de vez en cuando. Lo que más nos gusta es la habitación en sí, muy espaciosa. El hotel está bien, correcto. El personal amable y atento, como siempre.
Lo malo esta vez ha sido el ruido de las habitaciones de al lado. Hasta ahora habíamos tenido suerte en ese sentido, pero esta vez nos ha tocado sufrir el efecto "paredes de papel", al tener de vecinos de habitación a la típica familia que se piensa que están solos en el hotel, con los niños gritando a todo trapo (son niños, de acuerdo), y peor aún, con la más absoluta connivencia por parte de los padres, que incluso arman más jaleo que los propios niños, sin importar la hora, dificultando el descanso de los demás. Aparte de eso, bien.