Lamentablemente, la propietaria la sentimos malhumorada. Nos llamó de mala manera a la hora del desayuno y se quejó porque no estábamos a la hora que le habíamos dicho que posiblemente lo íbamos a tomar (nos dijo que estaba acostumbrada a la "puntualidad europea"). Es la primera vez que veo que un cliente tiene que acomodarse al horario de los dueños de un lugar para pasar la noche. Además, el lugar no estaba limpio, tenía muchas hormigas y cucarachas pequeñas (y eso que estuvimos en un cuarto más o menos bonito). Le falta abanicos o aire acondicionado, de noche no se pueden abrir las ventanas porque se meten los zancudos. Y tras de eso, lo sentí caro, he estado en lugares mucho más baratos con mejores condiciones. En fin, una vez y nunca más.