Hotel situado en una playa preciosa, si haces snorkel por las rocas puedes ver sepias pequeñitas e incluso alguna raya. La pena es que la piscina no la tienen muy bien cuidada, por lo que no la pudimos usar. Tenía el agua verde y moho en los laterales. El wifi no llega a las habitaciones, al menos en las vista mar no llega. La comida cara, pero buena. Acceso directo desde la habitación a la playa, atardecer espectacular.