Lugar muy bonito, no me gusto el servicio en la habitación había un tipo nido de araña en las cortinas , no cambian las toallas, se quedan húmedas de un día para otro, fuimos tres y al día siguiente no supimos cuál toalla era de cada quién, el lugar es fresco por lo que se antoja un café y no hay ni dónde conseguir ya que abren muy tarde el restaurante, ni en recepción ni habitación cuentan con el servicio de café. Muy caro para el servicio que ofrecen