Aunque los servicios comunes están bien (cafetería, restaurante, etc.), la habitación que nos asignaron (la 432) era pequeña e incómoda, incluidos los colchones, que nos resultaron muy duros.
Además, la habitación está en la 4ª planta, pero el ascensor solo llega hasta la 3ª, por lo que tuvimos que subir y bajar la maleta a mano. Las ventanas son de madera, adaptadas al entorno, pero en muy mal estado, pues la madera se deshacía. Lo peor el baño, también muy pequeño y con malos olores, debido a que en el suelo, en el centro, hay un desagüe con una rejilla (nunca lo había visto en un hotel) por el que salían malos olores. El sanitario tenía enfrente y muy pegado a él el bidé, por lo que apenas había espacio para las piernas, pero es que además, ambos elementos están delante de la bañera, que tiene la mampara sellada, lo que hace casi imposible entrar y salir de la bañera. y en cuanto a la amabilidad del personal, hay diversidad, pues dependiendo de quiénes estuvieran había más o menos amabilidad y simpatía. No sé si todas las habitaciones son como la 432 que nos asignaron o el problema es solo de ésta y nos asignaron la peor habitación por el simple hecho de que la reserva procedía de un bono-regalo de Hoteles.com, algo que, aun así, considero inadmisible.